“Cuando se ve desde el sur (...), una enorme colina granítica sorprende por su enigmática belleza y perplejidad que causa al viajero. El paisaje que domina el prado de la Beira Baixa es marcadamente plano y este accidente geológico, definido por Monsanto, parece elevarse verticalmente para definir un punto de referencia e identidad de un vasto territorio. Seguro que ha sido por su posición, que el lugar tiene marcas de ocupación desde la Pre-Historia, ininterrumpidamente hasta nuestros días. Tuvo muchas vicisitudes a lo largo de los siglos, pero ganó su fama por el hecho de su clasificación, en 1938, como el pueblo más portugués de Portugal, en una campaña nacional de propaganda nacional, hecha por el Estado Novo. Es curioso como es que uno de los pueblos portugueses más inusuales, más excêntricos quizás, haya recibido tal premio ”. (Duarte Belo, Portugal y #8211; Luz y sombra, disponible https://www.duartebelo.com/16-luz_e_sombra/161-paginas/310-monsanto.html)

“Se dice que subir a Monsanto es viajar en el tiempo, no podría estar más cierto. (...) Desde el baluarte, el punto de llegada y de partida de la aventura, se llega al pueblo que se estableció gradualmente aquí desde el siglo XV, dejando el antiguo pueblo alrededor del castillo que corona la montaña ". (Paulo Longo, Revista Adufe #18, enero-junio de 2011, disponible en https://www.cm-idanhanova.pt/media/66399/adufe_18_web.pdf)

En Monsanto, déjese encantar por sus calles y callejones, disfrute de las casas construidas en granito barroco y admire el paisaje desde cualquiera de sus puntos de vista. No pierca S. Pedro de Vir-a-Corça, una ermita al pie de Monsanto, donde, según la leyenda, el ermitaño que vivía en la cueva cerca del campanario amamantó a un recién nacido abandonado ahí con leche de ciervo, hecho que le salvó del hambre (coordenadas GPS : 40.0351511-7.119303).